Ya se nota la torpeza de los días.
Titubean a la deriva.
Puede verse cómo la luna brilla.
La noche deja paso al día.
Noviembre listo y sabio,
la sierra viva y quieta.
Se adormecen los castaños,
el otoño aflora y reta.
Tras este breve atrevimiento con la poesía, invito a que leais cómo lo hizo un maestro allá por 1913.
Un año más. El sembrador va echando
la semilla en los surcos de la tierra.
Dos lentas yuntas aran,
mientras pasan la nubes cenicientas
ensombreciendo el campo,
las pardas sementeras,
los grises olivares. Por el fondo
del valle del río el agua turbia lleva.
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta,
su montera, Aznaitín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.
la semilla en los surcos de la tierra.
Dos lentas yuntas aran,
mientras pasan la nubes cenicientas
ensombreciendo el campo,
las pardas sementeras,
los grises olivares. Por el fondo
del valle del río el agua turbia lleva.
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina, tormenta,
su montera, Aznaitín. Hacia Granada,
montes con sol, montes de sol y piedra.
(Noviembre 1913) - Antonio Machado
No está nada mal ;)
ResponderEliminarGracias, Sandra!
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